El Adventismo y el año 2000 (DSA 99-170)

El Adventismo y el año 2000 (DSA 99-170)
 
Los Adventistas del Séptimo Día basamos nuestra esperanza en la vida, muerte y resurrección de Cristo y esperamos gozosamente la consumación de esa esperanza en el pronto retorno de Jesús.
Los Adventistas del Séptimo Día basamos nuestra esperanza en la vida, muerte y resurrección de Cristo y esperamos gozosamente la consumación de esa esperanza en el pronto retorno de Jesús. Fundamentamos nuestra fe en las enseñanzas de las Escrituras y creemos que el paso del tiempo es significativo, porque nos acerca al acontecimiento más maravilloso que jamás será presenciado por ojos humanos. Sin embargo, aunque esperamos ansiosamente el retorno visible de Cristo, no especulamos sobre el momento histórico preciso cuando ese acontecimiento sucederá, ya que Jesús nos dijo, "No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad". (Hechos 1:7)

Por consiguiente, como adventistas no atribuimos ningún significado religioso a la terminación de un milenio ni al comienzo de uno nuevo. El año 2000 no tiene significado profético particular; no se lo menciona en la Biblia, y cualquier especulación con relación a su significado religioso debe ser rechazada. Sin embargo, sabemos que cada año que pasa nos lleva más cerca del retorno de nuestro Señor.

Comprendemos que el paso de un milenio a otro tiene un impacto emocional significativo en los seres humanos. Nadie de los que estamos vivos ha experimentado un evento tal. Muchos están llenos de preocupación, expectación e incluso temor, a medida que nos aproximamos al año 2000.

Aunque muchas personas están aprehensivas ante el desorden en la naturaleza y en la sociedad, nuestro Señor dice, "No se turbe vuestro corazón..." (Juan 14:1). Por lo tanto, como Adventistas del Séptimo Día, compartimos la esperanza de un futuro glorioso que llegará a ser realidad en el momento designado por Dios.