Declaraciones Oficiales de la Iglesia Adventista del Septimo Día

Declaraciones Oficiales de la Iglesia Adventista del Septimo Día

La Observancia del Sábado (DSA 90-639)
El sábado abarca nuestra total relación con Dios. Es una indicación de la acción de Dios en nuestro favor en el pasado, el presente, y el futuro.

Confianza en el Espíritu de Profecía (DSA 95-391)
La misión principal de Elena G. de White fue dirigir la atención hacia las Sagradas Escrituras.

Compromiso total con Dios (DSA 96-339)
La historia de la Iglesia Adventista del Séptimo Día está llena de ejemplos de personas e instituciones que han sido, y son, testigos vibrantes de su fe.

El Adventismo y el año 2000 (DSA 99-170)
Los Adventistas del Séptimo Día basamos nuestra esperanza en la vida, muerte y resurrección de Cristo y esperamos gozosamente la consumación de esa esperanza en el pronto retorno de Jesús.

Control de la Natalidad (DSA 99-171)
Las tecnologías científicas de nuestros días permiten un control de la fertilidad y la reproducción humana, mayor que en el pasado.

Abuso sexual de menores (DSA 96-343)
La educación preventiva, adecuadamente adaptada a cada nivel de desarrollo, es esencial.

La Homosexualidad (DSA 95-391)
La iglesia Adventista del Séptimo Día reconoce que cada ser humano es valioso a la vista de Dios, y por eso buscamos ministrar a todos los hombres y mujeres
en el espíritu de Jesús

La Observancia del Sábado (DSA 90-639)

La Observancia del Sábado (DSA 90-639)

El sábado abarca nuestra total relación con Dios. Es una indicación de la acción de Dios en nuestro favor en el pasado, el presente, y el futuro.
El sábado abarca nuestra total relación con Dios. Es una indicación de la acción de Dios en nuestro favor en el pasado, el presente, y el futuro. El protege la amistad del hombre con Dios y ofrece el tiempo esencial para el desarrollo de esa relación. El sábado aclara la relación entre Dios y la familia humana, porque señala a Dios como Creador en un momento cuando a los seres humanos les gustaría usurpar la posición de Dios en el universo.

En esta era materialista, el sábado señala a hombres y mujeres lo espiritual y personal. Las consecuencias de olvidar el sábado como un día santo son serias, ya que llevan a la distorsión y eventual destrucción de la relación del individuo con Dios.

Cuando se observa el sábado, se da un testimonio para los demás de lo que vendrá por confiar sólo en Dios como nuestro sustentador, como la base de nuestra salvación , y fundamento de nuestra esperanza en el futuro. Como tal, el sábado es una delicia porque hemos entrado en el descanso de Dios y hemos aceptado la invitación de tener comunión con ÉL. Cuando Dios pide recordar el día sábado, lo hace porque quiere que lo recordemos a ÉL.

Principios y TeologÍa de la Observancia del SÁbado
  • Naturaleza y Propósito del Sábado. El origen del sábado se encuentra en la misma creación (Gén. 2: 1-3). El sábado tiene significado como señal perpetua del pacto entre Dios y su pueblo, para que supiesen quién era Aquél que los había creado (Exo. 31: 17) y los santificaba (Exo. 31: 13; Ezeq. 20: 12), y conocieran que EL era su Señor y Dios (Ezeq. 20: 20).
  • La Unicidad del Sábado. El sábado es una ocasión especial para adorar a Dios como Creador y Redentor, y como Señor de la vida con quien la familia humana se reunirá en su segunda venida. El mandamiento del sábado forma el centro de la ley moral como sello de la autoridad divina. Ya que este es un simbolo de la amante relación de Dios y sus hijos terrenales, los seres humanos están en la obligación de respetar este don en el sentido de que harán todo lo que esté en su poder para promover y participar de actividades que los ayuden a establecer y realzar una relación duradera con Dios. Por lo tanto, su pueblo se comprometerá sólo en aquellas actividades dirigidas a Dios y a sus semejantes, y no en aquellas que llevan a la gratificación e intereses personales.
  • La universalidad del Sábado. La universalidad del sábado está arraigada en la Creación: por lo tanto sus privilegios y deberes son obligatorios para todas las naciones, sectores, o clases. (Ver Exo. 20:11, 23:12; Deut. 5:13: Isa. 56: 1-8) La observancia del sábado pertenece a todos los miembros del hogar, inclusive a los hijos; y se extiende aún "al extranjero que habita en medio de ti" (Exo. 20:10).
  • Tiempo de Duración del Sábado. Información bílica: El sábado comienza al final del sexto día de la semana y dura un día, de tarde a tarde (Gen. 1; Mar. 1:32). Este tiempo coincide con el horario de la puesta del sol. Es muy difícil lograr una clara demarcación del tiempo de la puesta del sol, la observancia del sábado comenzará al final del día, marcado por la disminución de la luz.
  • Principios Orientadores para la Observancia del Sábado. A pesar de que la Biblia no trata directamente muchas de las preguntas específicas en relación a la observancia de sábado, nos ofrece principios generales que son aplicables en nuestros días (Ver Exo. 16:29; 20:8-11; 34:21; Isa. 58:13: Neh. 13:15-22).

    "La ley prohíbe el trabajo secular en el día de reposo del Señor; debe cesar el trabajo con el cual nos ganamos la vida; ninguna labor que tenga por fin el placer mundanal o el provecho es lícita en ese día; pero como Dios abandonó su trabajo de creación y descansó el sábado y lo bendijo, el hombre ha de dejar las ocupaciones de su vida diaria, y consagrar esas horas sagradas al descanso sano, al culto y a las obras santas" (El Deseado de Todas las Gentes, p. 17 7).

    Este concepto sin embargo, no es un apoyo para una inactividad total. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento nos invitan a atender las necesidades y aliviar los sufrimientos de los demás, porque el sábado es un buen día para todos, especialmente para los oprimidos y de baja posición (Exo. 23: 12; Mateo 12: 10-13; Marc. 2: 27; Luc. 13:11-17; Juan 9: 1-21).

    A pesar de realizar buenas obras durante el sábado, éstas no deberían oscurecer la característica bíblica principal de la observancia del sábado, el descanso (Gén 2:1-3). Esto incluye tanto el descanso físico como el espiritual (Exo. 23:12) en Dios (Mat. 11: 28). El último lleva al observador del sábado a buscar la presencia y la comunión con Dios mediante la adoración (Isa. 48:13), tanto en la meditación tranquila (Mat. 12: 1-8) como en el culto público (Jer. 23: 32; 2 Reyes 4: 23, 11: 4-12; 1 Crón. 23:30; Isa.56: 1-8). Su objetivo es reconocer a Dios como Creador y Redentor (Gén. 2: 1-3; Deut. 5: 12-15), y está para compartirlos con la propia familia y la comunidad mayor (Isa. 56: 1-8).

    El Sábado y la Autoridad de la Palabra de Dios. Elena de White destaca el hecho de que el mandamiento del sábado es único, porque contiene el sello de la ley de Dios. Este es el único de los mandamientos que contiene tanto el nombre como el título del Legislador. Declara que es el Creador del cielo y de la tierra, y revela así el derecho que tiene para ser reverenciado y adorado sobre todos los demás. Aparte de este precepto, no hay nada en el Decálogo que muestre qué autoridad fue la que promulgó la ley (CS. pp. 504, 505).

    El sábado es la señal que muestra al Creador como propietario y autoridad. Una observancia significativa del sábado indica, por lo tanto, que se acepta a Dios como Creador y Propietario y se reconoce su autoridad sobre toda la creación, incluyéndose a uno mismo. La observancia del sábado se basa en la autoridad de la Palabra de Dios. No existe otra razón lógica para ello.

    Los seres humanos tienen la libertad de entrar en una relación con el Creador del universo como un amigo personal.

    Es posible que los observadores del sábado tengan a veces que enfrentar resistencia debido a su compromiso con Dios de guardar el santo sábado. Para aquellos que no reconocen a Dios como su Creador, parece arbitrario o inexplicable que alguien deje todo trabajo durante el día sábado meramente por razones religiosas. La observancia significativa del sábado testifica el hecho de que hemos elegido obedecer los mandamientos de Dios. De esta forma reconocemos que nuestra vida la vivimos ahora en obediencia a la palabra de Dios. El sábado será una prueba especial a fin del tiempo. El creyente tendrá que elegir entre ser fiel a la Palabra de Dios o a la autoridad humana (Apoc. 14:7-12).
El Hogar y la Vida Familiar en ConexiÓn con el SÁbado
  • Introducción. La vida de hogar es la piedra fundamental de una adecuada observancia del sábado. Cuando las personas guarden conscientemente el sábado en su hogar y acepten sus responsabilidades como miembros de la familia, sólo entonces podrá la iglesia mostrar al mundo el gozo y los privilegios del santo día de Dios.
  • Diferentes Tipos de Hogares. El el siglo veintiuno existen diferentes clases de hogares; por ejemplo, el hogar donde está el esposo, la esposa y los hijos; el hogar donde los esposos no tienen hijos; el hogar donde está sólo el padre o la madre y los hijos (donde por muerte o divorcio, uno de los padres debe actuar en los papeles de padre y madre); el hogar en el cual la persona no se ha casado nunca o donde la muerte o el divorcio la han dejado sola y no hay hijos involucrados; y está también el hogar donde sólo uno de los padres es miembro de iglesia. Al entender las necesidades y problemas de estas diferentes categorías, debiera entenderse que algunos de los principios y sugerencias enunciados se pueden aplicar a todos los grupos y que otros son más especializados.
  • Dos Instituciones Sagradas: el Hogar y Sábado. "En el principio" Dios colocó un hombre y una mujer en el Jardín del Edén, el cual sería su hogar. También, "en el principio" Dios dio a los seres humanos el sábado. Estas dos instituciones, el hogar y el sábado van juntas. Ambas son dones de Dios, por lo tanto ambas son sagradas. La última enriquece de una forma única los lazos de la primera.

    La comunión íntima es un elemento importante en el hogar. La comunión íntima con otras personas también es un elemento importante del sábado. Visto desde esta perspectiva, no se puede minimizar la importancia del sábado para el hogar.
  • Responsabilidades de los Adultos como Profesores. Cuando Dios eligió a Abraham como padre de su pueblo elegido, dijo: "Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí" (Gén. 18: 19). Entonces, es claro que a los adultos les ha sido entregada una enorme responsabilidad en cuanto al bienestar espiritual de sus hijos. Tanto por precepto como por ejemplo, deben estos ofrecer ese tipo de estructura y atmósfera que hará del sábado una delicia y una parte tan vital en la vida del cristiano que mucho después que los hijos hayan abandonado el hogar, continuarán con la costumbre que se les enseñó cuando niños.

    Desde su más tierna infancia los niños debieran ser enseñados a participar en el culto familiar, para que el culto en la casa de Dios sea una extensión de una costumbre familiar. También desde la infancia, debiera enseñarse a los niños la importancia de asistir a la iglesia; pues la verdadera observancia del sábado incluye la asistencia a la casa de Dios para adorar y estudiar la Biblia. Los adultos de la familia deben dar el ejemplo asistiendo a los cultos el sábado, dando así un modelo que los hijos verán como importante cuando les toque decidir sobre las cosas que realmente valen en la vida. Los niños deben ser enseñados del significado del sábado, de su perdurabilidad y la relación que éste tiene con la vida cristiana, por medio de conversaciones, y a medida que crecen y maduran, por medio del estudio de la Biblia.
  • Preparación para el Sábado. Si el sábado ha de ser observado en forma adecuada, entonces en toda la semana debiera programarse de tal forma, que cada miembro esté listo para dar la bienvenida al santo día del Señor cuando éste llegue. Esto significa que los miembros adultos de la familia harán planes para que las tareas: compras y preparación de alimentos, ropa lista, y otras necesidades de la vida diaria, estén terminadas antes de la puesta del sol del viernes. El día de reposo debiera ser el eje central alrededor del cual gira toda la semana. Cuando ya viene la tarde del viernes y la puesta del sol se acerca, los adultos y los niños debieran estar listos para que con mente tranquila, preparativos terminados y el hogar listo, den la bienvenida al sábado; entonces todo estará en orden para pasar las próximas 24 horas en comunión con Dios y con nuestros hermanos.

    Los niños pueden ayudar para que se logre esta preparación si se les responsabiliza de algunos preparativos, lógicamente de acuerdo con su madurez. La forma como la familia enfoca el comienzo del sábado a la puesta del sol del viernes, y la forma cómo utiliza esa noche, dará el escenario para la recepción de las bendiciones que el Señor ha guardado para todo el día que vendrá.
  • Vestimenta Adecuada para el Sábado. En los hogares donde hay niños, los sábados de mañana, mientras la familia se viste para la iglesia, los adultos pueden, por precepto y ejemplo, enseñar a los niños que una forma de honrar a Dios es presentarse en su casa limpios, con ropas representativas y adecuadas a la cultura en que vive.
  • Importancia de las Horas de Estudio de la Biblia. Cuando los niños no tienen el privilegio de asistir a una escuela adventista, la escuela sabática se convierte en el medio más importe -fuera del hogar- para la instrucción religiosa. No puede sobreestimarse el valor de esta hora de estudio de la Biblia. Es por esta razón que los padres debieran asistir a los cultos matutinos del sábado y hacer todo lo posible para llevar a sus hijos con ellos.

    Las actividades de la familia durante el sábado. En la mayoría de las culturas, la hora del almuerzo sabático, cuando la familia está reunida alrededor de la mesa familiar, es el momento culminante de la semana. El espíritu de gozo y sagrada comunión que comenzó al levantarse y aumentó durante los cultos en la iglesia, ahora se intensifica. Al quedar libres de las distracciones seculares, la familia puede conversar de temas de interés mutuo y mantener el ambiente espiritual del sagrado día.

    Cuando se comprende que el sábado es sagrado, y además existe una relación cariñosa entre padres e hijos, todos colaborarán para que durante las horas sagradas se evite la música secular, la radio, los programas de TV, los periódicos, libros y revistas seculares.

    En la medida posible, los sábados de tarde debieran pasarse actividades con la familia explorando la naturaleza, haciendo visitas misioneras a presidiarios, a enfermos, y a otros que necesiten de ánimo, y participando en la reunión de jóvenes en la iglesia. Cuando los niños son más grandes, las actividades se ampliarán para abarcar otros amigos de la iglesia de su misma edad, teniendo siempre en mente la pregunta "¿me ayudará esta actividad a comprender mejor la verdadera naturaleza y santidad del sábado?" Al observar en forma adecuada el sábado, el hogar tendrá una influencia perdurable en el tiempo y para la eternidad.
La Observancia del SÁbado y las Actividades Recreativas
  • Introdución. La observancia del sábado incluye tanto el culto como la comunión. La invitación para gozar de ambos es amplia y generosa. El culto de adoración sabática está dirigido a Dios y generalmente se realiza en medio de la comunidad creyente. Esta misma comunidad ofrece comunión. Tanto el culto como la comunión ofrecen un potencial ilimitado para alabar a Dios y enriquecer nuestra vida como cristianos. Cuando se distorsiona el culto o la comunión, o se abusa de ambos, se amenaza la alabanza a Dios y el enriquecimiento personal. El sábado, como un don a través del cual el mismo Dios se entrega a nosotros, es un gozo real en el Señor. Es por esto que el sábado es una delicia para los creyentes.
  • Factores Ajenos a la Observancia del Sábado. Fácilmente pueden introducirse elementos ajenos al espíritu sabático. El creyente debe estar siempre alerta a los factores ajenos que podrían menoscabar su comprensión de la santidad del sábado en su experiencia de adoración y de comunión. El sentido de santidad del sábado es particularmente amenazado por tipos de comunión y actividades erróneas. Al contrario de esto, la santidad del sábado es realzada cuando el Creador permanece como el centro del santo día.
  • Fenómeno de Condicionamiento Cultural en la Observancia del Sábado. Es importante comprender que los cristianos rinden obediencia a Dios y que por lo tanto observan el sábado en el ambiente cultural e histórico del lugar donde viven. También es posible, que tanto la historia como la cultura condicionen y distorsionen falsamente nuestros valores. Apelando a la cultura podríamos ser culpables de permitirnos o excusarnos por condescender con actividades deportivas o recreativas incompatibles con la santidad del sábado. Por ejemplo, ejercicio físico intenso y diversas formas de turismo que están fuera de armonía con la verdadera observancia del sábado.

    Cualquier intento por reglamentar la observancia del sábado más allá de los principios bíblicos, como sería hacer una lista de prohibiciones sabáticas, es contrario a una experiencia espiritual sana. Los principios serán la medida que el cristiano utilizará para su propia experiencia sabática. Sabe que, el propósito fundamental del sábado es fortalecer los lazos de unión con su Dios; por lo tanto son aceptables todas las actividades guiadas por principios bíblicos, que contribuyen a ese fortalecimiento.

    Nadie puede evaluar correctamente los motivos personales de los otros; por esto, un cristiano debe ser muy cuidadoso y no criticar a sus hermanos que viven en un contexto cultural diferente al suyo.

    Durante los viajes, los turistas adventistas debieran hacer todo lo posible para observar el sábado con sus hermanos creyentes en cualquier área donde se encuentren. Para respetar la santidad del séptimo día se recomienda que los adventistas eviten usar el día sábado como un feriado utilizándolo para visitar y realizar actividades seculares.
Las Iglesias y las Instituciones de la Iglesia

El dar pautas y reglamentos específicos para la iglesia como un todo y a sus instituciones, es para ofrecer a la hermandad un ejemplo de observancia del sábado. Es responsabilidad de los miembros aplicar en sus propias vidas los verdaderos principios de la observancia del sábado tal como se encuentra en la Biblia y en el Espíritu de Profecía, pero no puede actuar como conciencia para sus miembros.
  • Iglesias, Papel de la Iglesia y de la Familia en las Actividades del Sábado de Tarde. A los pastores y dirigentes de la iglesia se les ha confiado la responsabilidad de planificar cuidadosamente las actividades para los niños, jóvenes, adultos y ancianos, como también para las familias y las personas solas. Al planificar, deben enfatizar la importancia de hacer del sábado un día de gozo, de adoración y descanso. Las actividades de la iglesia debieran complementar y nunca reemplazar las actividades de la familia y del hogar.
  • Iglesias, Música para el Sábado. La música tiene un poderoso impacto en el ánimo y emociones de la persona. Los dirigentes de la iglesia seleccionarán música y músicos que realcen la atmósfera de adoración del descanso sabático y la relación de la persona con Dios. Los ensayos del coro debieran evitarse cuando ya existen otras reuniones regularmente fijadas durante la hora en que piensan ensayar.
  • Iglesias, Actividad Misionera en la Comunidad. Aunque los cristianos pueden participar en cierto tipo de trabajo social en beneficio de estudiantes, de jóvenes y pobres de los barrios marginales, deben tomar el cuidado de ejercer una influencia ejemplar y coherente de cómo observar el sábado. Si se participa en una escuela de extensión o en clases especiales para niños y jóvenes, pueden elegir temas y clases que sean diferentes de los temas seculares y comunes que dan durante la semana. Podría ofrecer actividades que contribuyan a la cultura espiritual. Paseos por el vecindario o junto a la naturaleza, que exijan sólo un esfuerzo mínimo pueden sustituir las materias o aulas seculares.
  • Iglesias, Recolección. El procedimiento general de la Iglesia Adventista es que la recolección se realice en otro día que no sea el sábado. Donde se practica recolectar en sábado, debe existir un plan que ofrezca beneficios espirituales a todos los participantes.
  • Iglesias, Recolección de Fondos en Sábado. La doctrina de la mayordomía cristiana es encontrada a través de todas la Escrituras. El acto de dar tiene lugar definido durante los cultos. Cuando se apela a dar fondos, debe hacerse de tal manera que se preserve la santidad del culto y del sábado.
  • Iglesias, Casamientos en Sábado. La ceremonia matrimonial es sagrada, y en sí misma no está en desarmonia con el espíritu de observancia del sábado. Sin embargo, la mayoría de los casamientos exige mucho trabajo y en los preparativos para la recepción es casi inevitable que surja un ambiente secular. Para que el espíritu del sábado no se pierda, debería desanimarse la realización de casamientos en este día.
  • Iglesias, Funerales en Sábado. En forma general, los adventistas debieran evitar realizar funerales durante el sábado. Es verdad que en ciertos climas y circunstancias, puede ser necesario que se realice sin demora el funeral, a pesar de ser sábado. En esos casos, debieran hacerse los arreglos por adelantado con la empresa fúnebre y con los empleados del cementerio, y de esta forma reducir el trabajo durante el sábado. En algunos casos puede realizarse un culto el sábado y dejar el entierro para el día siguiente.
Las Instituciones de Salud de la Iglesia Adventista

Las instituciones de salud ofrecen a muchas personas su única oportunidad de contacto con la Iglesia Adventista. Los hospitales adventistas deben ser mucho más que meros sistemas que ofrecen cuidado de la salud. Estos tienen la oportunidad única de ser un testimonio cristiano a la comunidad que sirven, las 24 horas del día. Además, tienen el privilegio de presentar el mensaje del sábado por el ejemplo cada semana.

En la cura de los enfermos y en la liberación de los portadores de debilidades físicas aún en sábado, Cristo dejó un ejemplo que consideramos la base para el establecimiento y funcionamiento de las instituciones médicos adventistas. Es por este motivo, que una institución que ofrece atención médica al público, debe estar preparada para ministrar las necesidades del enfermo y doliente, sin tomar en cuenta la hora o el día.

Este enfoque pone una gran responsabilidad sobre cada institución para que planifique y ejecute reglamentos que reflejen el ejemplo de Cristo y apliquen los principios bíblicos de la observancia del sábado enseñados en la Iglesia Adventista. Los administradores tienen una responsabilidad especial de tratar de que todos los departamentos mantengan el verdadero espíritu de la observancia del sábado, instituyendo procedimientos adecuados y evitando la laxitud en la observancia del séptimo día.

Se recomienda la aplicación de los siguientes principios para la observancia del sábado:
  • 1. Proporcionar cuando sea necesario, cuidado médico de emergencia voluntario, alegre y de elevado nivel de excelencia. Sin embargo, no deberían las instituciones y médicos adventistas ofrecer el mismo tipo de atención o servicio clínico durante el sábado como lo hacen durante los días de la semana.
  • 2. No continuar con las actividades de rutina que pueden postergarse. Eso significa que deben cerrarse todos los servicios y departamentos que no están relacionados directamente con el paciente y que debe mantenerse una cantidad mínima de personal.
  • 3. Postergar diagnósticos y servicios terapéuticos electivos. Las decisiones sobre qué es necesario o de emergencia, debieran ser hechas por el médico que atiende. Si se abusa de este privilegio, la administración del hospital debiera intervenir. Los funcionarios de la institución que no trabajen en la administración, no deben envolverse en las decisiones, ni ser obligados a enfrentar al (a los) médicos (s) de turno. Se pueden evitar malos entendidos, si se deja claro en las reuniones y en los reglamentos, que sólo se realizarán aquellas cirugías, diagnósticos o tratamientos terapéuticos que son impostergables dada la condición del paciente. En el momento de contratar al personal se puede dejar en claro todo esto, así se ayudará a evitar abusos y malos entendidos.
  • 4. Cerrar las oficinas de administración y contabilidad para atenciones de rutina. Aunque podría ser necesario admitir o dar de alta a los pacientes en sábado, se recomienda evitar la entrega de recibos o recepción de dinero. Jamás debiera ser la guardia del sábado un motivo de irritación para aquellos que tratan de servir y salvar, sino por el contrario, que éste sea un distintivo de que son "hijos de la luz" (Efe. 5:8; Los Hechos de los Apóstoles, pág 214).
  • 5. Hacer del Sábado un día agradable para los pacientes, un día cuando la intensa actividad de la rutina sea puesta de lado y el personal esté libre para pasar más tiempo con los pacientes, para instruirlos, aconsejarlos y familiarizarlos con el maravilloso amor de Dios. Una actividad misionera como ésta es un recuerdo de testimonio cristiano que los pacientes nunca olvidarán. La observancia significativa del sábado será conseguida mucho más fácilmente en una institución que emplee un equipo predominantemente adventista. Es posible para los empleados creyentes presentar el sábado a una luz adecuada mientras cuidan de los pacientes, y pueden perfectamente bien ser una influencia convincente en las vidas de aquellos que no son de nuestra fe.
  • 6. El cuidado directo del enfermo es una actividad de siete días de la semana. La enfermedad no tiene calendario. Sin embargo, cuando se prepara el horario del personal, las instituciones de salud debieran tomar en cuenta las creencias religiosas sinceras, la observancia y prácticas de cada empleado o futuro empleado. Las instituciones debieran hacer arreglos razonables para tales creencias religiosas, a menos que se demuestre que tales acomodos dificultarán el funcionamiento de la institución. Se reconoce que la conciencia del individuo varía en relación al adecuado empleo del sábado. Ni la iglesia ni sus instituciones pueden actuar como la conciencia de sus empleados. En lugar de esto, deberán hacerse ajustes razonables en beneficio de la conciencia individual.
  • 7. Resistir las presiones para rebajar las normas adventistas. Algunas instituciones han recibido presiones de la comunidad, del equipo médico, y/o empleados (donde la mayoría no es adventista), para abandonar o debilitar los principios de la observancia y prácticas en el sábado, de modo que éste sea tratado como cualquier otro día. En algunos casos, se ha ejercido presión para mantener todos los servicios durante el sábado y disminuirlos el domingo. Debe resistirse decididamente a una acción tal. La condescendencia puede provocar un serio análisis de la relación de esa institución con la Iglesia.
  • 8. Enseñar a los empleados no adventistas los principios practicados por la institución en relación con el sábado. Cada empleado no adventista, en el momento de su contrato con una institución adventista de salud, debiera ser advertido de los principios de la Iglesia, especialmente de los reglamentos institucionales que tienen que ver con la observancia del sábado. Aunque los no adventistas no crean como nosotros, debieran de todas formas conocer desde el principio la forma en que se espera que ellos calcen en el programa de la institución, para ayudar a ésta a alcanzar sus objetivos.
  • 9. Estimular en los empleados adventistas una actitud de continua testificación cristiana. El único contacto que muchos empleados no adventistas pueden tener con los adventistas, puede ser en la institución que los emplea. Toda relación debiera ser amistosa, amable y una expresión del amor que ejemplifica la vida y la obra del Gran Médico. La compasión por el enfermo, la consideración generosa por sus colegas, una voluntad de servir, una ilimitada lealtad a Dios y a la Iglesia pueden ser sabor de vida para vida. Guardar el sábado es un privilegio y un honor tanto como un deber. Nunca debiera ser una carga o una molestia para aquellos que lo guardan o para aquellos que nos rodean.
Trabajo en Sábado en Hospitales no Adventistas

Aunque es esencial en las instituciones médicas que se realice un mínimo de trabajo todo el tiempo para poder mantener el bienestar y comodidad de los pacientes, los empleados adventistas que trabajan en instituciones no denominacionales, donde las horas del sábado no alivian de la rutina del deber, están bajo la obligación de recordar los principios que reglamentan todas las actividades sabáticas. Para evitar situaciones donde nuestros miembros de Iglesia podrían enfrentar problemas para guardar el Sábado, se recomienda que:
  • 1. Cuando los adventistas aceptan empleos en Hospitales no adventistas, manifiestan sus principios de observancia del sábado y solicitan un horario que los libere del trabajo en sábado.
  • 2. Donde los horarios de trabajo y otros factores hagan esto imposible, los adventistas debieran claramente identificar los deberes que puedan conscientemente realizar el sábado y la frecuencia de los mismos de allí en adelante.
  • Donde no se pueda realizar ninguno de los arreglos mencionados arriba, los miembros debieran hacer de su lealtad a los requerimientos de Dios lo máximo y abstenerse del trabajo rutinario.
Las Instituciones Educativas Adventistas del SÉptimo DÍa

Los colegios adventistas con internado tienen un papel importante en la formación de hábitos de observancia del sábado en las futuras generaciones de miembros de Iglesia. De la misma forma lo tienen los colegios y universidades al moldear el pensamiento de la clase pastoral profesional. Es por lo tanto importante que en estas instituciones, tanto la teoría como la práctica, de cómo aumentar el gozo de las bendiciones sabática, se acerquen lo máximo posible al ideal.

La aplicación de estos principios incluye:
  • Preparación adecuada para el sábado.
  • Demarcación del comienzo y del fin de las horas del sábado.
    Actividades adecuadas hogar-escuela: cultos, grupos de oración, testificación, etc.
    Mantener los deberes necesarios al mínimo; de preferencia confiarlos a personas para quienes sea servicio voluntario y no utilizar aquellos para quienes ese mismo trabajo es pagado durante la semana.
  • Cultos inspiradores, de preferencia que sirvan como modelos de aquello que se espera caracterice los cultos en las iglesias de las escuelas.
  • Actividades variadas y adecuadas para los sábados de tarde.
  • Estructuración del programa semanal para que el sábado sea un gozo prolongado y el clímax de la semana en lugar de ser el preludio para las actividades totalmente diferentes del sábado de noche.
    • Ventas en el comedor. Las cafeterías de los colegios han sido designadas para servir a los estudiantes y a sus padres visitantes e invitados; no debieran abrirse al público durante el sábado. Para evitar transacciones comerciales innecesarias durante las horas sagradas, cada institución debe establecer formas de pago fuera de las horas sabáticas.
    • Asistencia del personal docente a reuniones profesionales. En algunos países, los adventistas tienen el privilegio de asistir a reuniones profesionales para estar al día con el desarrollo de su campo de especialización. Podría ser una tentación justificar la asistencia en sábado a esas reuniones. Sin embargo, se recomienda que el personal académico se una con sus hermanos de iglesia para la adoración a Dios, y no se reúna con sus colegas profesionales "en trabajo".
    • Estaciones de radio. Las estaciones de radio pueden ser una bendición en sus comunidades. Para aumentar las bendiciones, la programación durante las horas del sábado debiera reflejar la filosofía de la iglesia. Si se hacen llamados para levantar fondos durante el sábado, éstos debieran hacerse de manera tal que se mantenga la santidad de este día.
    • Viajes de Promoción. Para mantener el espíritu de total adoración durante el sábado, los tours de Promoción deben ser planificados de forma que disminuyan los viajes en sábado y ofrezcan un máximo de tiempo para la adoración con los creyentes. Las horas del sábado no deben usarse para viajar con el fin de ofrecer programas de sábado de noche.
    • La observancia del sábado en la formación de los pastores. Los pastores tienen una gran responsabilidad con su ejemplo personal, pues deben moldear la vida espiritual de la iglesia. Por lo tanto, las instituciones que preparan a los pastores y esposas de pastores necesitan ayudar a sus estudiantes a formar una saludable filosofía de la observancia del sábado. Una orientación adecuada recibida en el colegio puede ser un instrumento en la experiencia de una genuina renovación del gozo sabático en sus propias vidas, como en la vida de su iglesia.
    • Exámenes en sábado. Los adventistas del séptimo día que enfrentan exámenes exigidos en sábado en colegios no adventistas, o los profesionales que procuran certificación del ministerio de educación enfrentan un problema especial. En tales situaciones, recomendamos hacer arreglos para que los exámenes no sean en sábado. La iglesia debiera estimular a sus miembros a una cuidadosa observancia del sábado y cuando sea posible, debiera interceder delante de las autoridades correspondientes para que permitan la posibilidad de rendir los exámenes en otro día, para reverenciar el día de Dios.
Empleos Seculares y de Negocios cuando se Relacionan con el SÁbado
  • Declaración de Principio. La visión bíblica del sábado incluye una dimensión divina y otra humana (Mat. 12:7). Desde la perspectiva divina el sábado invita al creyente a renovar su compromiso con Dios al desistir del trabajo diario para poder adorar a Dios más libre y completamente (Exo. 20:8-10; 31:15-16; Isa. 58:13-14). Desde la perspectiva humana, el sábado ordena al creyente que celebre el amor creador y redentor de Dios mostrando misericordia y preocupación hacia los demás (Deut. 5:12-15; Mat. 12:12; Luc. 13:12; Jn. 5:17). De esta forma el sábado incluye la cesación del trabajo secular, con el propósito de honrar a Dios y realizar acciones de amor y bondad hacia su prójimo.
  • Trabajo Esencial y de Emergencia. Para mantener la santidad del sábado, los adventistas deben hacer elecciones sabias en materia de empleo, orientados por una conciencia iluminada por el Espíritu Santo. La experiencia ha mostrado que existe un peligro en la elección de vocaciones que no permiten adorar al Creador con libertad durante el día sábado. Esto significa que deberían evitarse aquellos empleos que, aunque esenciales para el funcionamiento de una sociedad tecnológicamente avanzada, pueden ofrecer problemas para la observancia del sábado.

    Las Escrituras y el Espíritu de Profecía son claros en cuanto a nuestros deberes como cristianos hacia nuestros semejantes, aun durante el sábado. En el contexto moderno, muchos que están empleados en profesiones que involucran la salvación de la vida y la propiedad, se los llama a atender emergencias. Los arreglos para trabajo regular durante los fines de semana, con el objetivo de ganancia extra, exigirán el uso de las hora de sábado, o aceptar trabajo sólo los fines de semana en profesiones de emergencia con el fin de aumentar el presupuesto familiar, no está en armonía con los principios de observancia del sábado dados por Cristo. Es algo totalmente diferente atender situaciones de emergencia donde la vida y la seguridad están en peligro, a ganar el diario vivir por emplearse en ocupaciones rutinarias durante el sábado, las que siempre están acompañadas de actividades comerciales seculares o rutinarias. (Ver los comentarios de Cristo al rescatar el buey o una oveja de un hoyo y ayudar a personas en necesidad; Mar. 12:11; Luc 13:16). Ausentarse de la casa de Dios y ser privado del compañerismo con los hermanos en el sábado puede enfriar la vida espiritual de la persona.

    Muchos patrones, en los llamados servicios esenciales, están dispuestos a buscar arreglos para los observadores del sábado. Donde no se garantice esto, los miembros debieran revisar cuidadosamente los principios bíblicos de observancia sabática a la luz de esa actividad, ambiente, requisitos de trabajo y motivos personales, antes de comprometerse a trabajar en sábado. Debieran preguntar al Señor, como lo hizo Pablo en su viaje a Damasco, "Señor ¿qué quieres que haga?". Cuando se tiene esta actitud de fe, estamos convencidos de que Dios guiará a los creyentes a discernir su voluntad dará la fuerza y sabiduría necesarias para hacer lo que corresponde.
Decisiones Morales en Relación con la Observancia del SÁbado

Las instituciones militares, educativas, gubernamentales y otras, muchas veces niegan o cortan los privilegios sabáticos. Para prevenir y/o aliviar estas situaciones lamentables, debieran considerarse las siguientes sugerencias:
  • Un dirigente de la iglesia, de preferencia el director de Relaciones Públicas de Libertad Religiosa, debe ser designado para mantenerse al día de los acontecimientos y situaciones que puedan minar la libertad de culto en el día sábado. De ser necesario, este oficial se aproximará a las autoridades responsables con el fin de explicarles el impacto desfavorable sobre los adventistas del séptimo día de cualquier medida o legislación en proyecto, Este curso de acción puede prevenir la sanción de medias que podrían, sin intención, cortar o negar los privilegios del sábado.
  • Debe estimularse a los miembros adventistas a mantener por fe el principio de la observancia del sábado, sin tener en cuenta las circunstancias, y apoyarse en la seguridad de que Dios honrará su consagración.
  • Los miembros de iglesia deben ofrecer ayuda espiritual, moral y si es necesaria, temporal, para ayudar a otros miembros que pasan por problemas por causa del sábado. Tal ayuda servirá para fortalecer la consagración al Señor, no solamente de la persona que está enfrentando el problema de sábado, sino de la iglesia como un todo.
Compra de Mercaderías y Servicios en SÁbado
  • 1. El sábado está destinado para proporcionar libertad espiritual y alegría a todos (Exo 20:8-11). Como cristianos, debemos ser sostenedores de este derecho humano básico que ha otorgado el Creador a cada individuo. Como regla general, la compra de mercaderías, comidas en restaurantes, y el pago de servicios hechos por otros, deben ser evitados, porque no están en armonía con el principio ni con la práctica de la observancia del sábado.
  • 2. Además, las actividades comerciales recién mencionadas harían que la mente se dirigiera al secularismo en lugar de detenerse en la santidad del sábado (Neh. 10:31;13:15). Con una adecuada planificación, se pueden tomar las debidas precauciones para que no falte nada de lo necesario durante el sábado.
Viajes en SÁbado

Aunque viajar en sábado puede ser necesario para poder cumplir con las actividades comprometidas para ese día, no debe permitir que los viajes en sábado se conviertan en una función secular; por lo tanto, es necesario hacer los preparativos con anticipación.

Antes del comienzo del sábado deben estar atendidos el combustible del auto y otras necesidades. Deben evitarse viajes por asuntos personales y de negocios.

Cuando debe tratarse un Problema EspecÍfico de Trabajo

Cuando un miembro de iglesia se encuentra en la necesidad de renunciar a un cargo, o pierde su trabajo por causa de problemas con el sábado, y es empleado por la denominación en un trabajo similar, donde el nuevo trabajo, debido a su naturaleza exige que el miembro trabaje en sábado se recomiendan los siguientes pasos:
1. Ofrecer al miembro una cuidadosa explicación del tipo esencial de trabajo.

2. Asegurar al miembro que sólo los aspectos indispensables del nuevo trabajo se realizarán durante el sábado. También debieran explicar los administradores los propósitos religiosos que lo han empleado.

3. Adoptar un horario rotativo para que el miembro conscientemente aceptó trabajar en sábado, pueda con frecuencia estar en condiciones de realizar una total celebración del día sábado.
Turno de Trabajo

Cuando un adventista trabaja para un empleador que acostumbra utilizar los turnos de trabajo, puede éste pedirle que trabaje el sábado o parte de él. En tales circunstancias debe considerar lo siguiente:
  • Tratar de ser el mejor trabajador posible, y un empleado tan valioso que su patrón no pueda prescindir de él.
  • Si el problema continúa, puede apelar directamente al patrón y hacer un arreglo en base a su buena voluntad y justicia.
  • Podría sugerirle al patrón arreglo tales como:
    • Trabajar en un horario flexible.
    • Tener los turnos que menos acepta el resto del personal.
    • Negociar turnos con otros empleados; o
    • Trabajar los feriados.
  • Si el patrón se resiste a un arreglo, el miembro debería inmediatamente buscar la ayuda del pastor y del departamento de Relaciones Públicas y de Libertad Religiosa, en los países donde se realicen este tipo de actividades.

Confianza en el Espíritu de Profecía (DSA 95-391)

Confianza en el Espíritu de Profecía (DSA 95-391)

 
La misión principal de Elena G. de White fue dirigir la atención hacia las Sagradas Escrituras.
Nosotros, los delegados reunidos en Utrecht para celebrar el 56º Congreso de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, alabamos y agradecemos a Dios por el gracioso don del Espíritu de Profecía.

En Apocalipsis 12, Juan el revelador identifica a la iglesia en los últimos días como "el remanente", "el resto",... "los cuales guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesucristo" (versículo 17). Creemos que, en este breve cuadro profético, el Revelador está describiendo a la Iglesia Adventista del Séptimo Día, la cual, no sólo guarda "los mandamientos de Dios", sino que tiene también "el testimonio de Jesucristo", el cual es "el espíritu de profecía" (Apocalipsis 19:10).

En la vida y el ministerio de Elena G. White (1827-1915), vemos cumplida la promesa de Dios de proveer y otorgar a la iglesia remanente "el espíritu de profecía". Aunque Elena G. White nunca reclamó para si el título de "profeta", creemos que hizo la obra de un profeta, y más que un profeta. Ella dijo: "Mi misión abarca la obra de un profeta pero no termina allí" (Mensajes Selectos, t.1, p. 40). "Si otros me llaman así [profetisa], no lo discuto" (ibíd, p. 39); "Mi obra incluye mucho más de lo que significa ese nombre. Me considero a mí misma como una mensajera, a quien el Señor le ha confiado mensajes para su pueblo" (ibíd, p. 40).

La misión principal de Elena G. de White fue dirigir la atención hacia las Sagradas Escrituras. Ella escribió: "Poco caso se hace a la Biblia y el Señor ha dado una luz menor para guiar a los hombres y mujeres a la luz mayor" (El colportor evangélico, p. 174). Ella creía que, aunque sus escritos eran una "luz menor", eran luz, y que la fuente de esa luz es Dios.

Como adventistas del séptimo día creemos que "En su Palabra Dios comunicó a los hombres el conocimiento necesario para la salvación. Las Santas Escrituras deben ser aceptadas como dotadas de autoridad absoluta y como revelación infalible de su voluntad. constituyen la regla del carácter; nos revelan doctrinas, y son la piedra de toque de la experiencia religiosa" (El conflicto de los siglos, p. 9) . Aunque consideramos que el canon bíblico está cerrado, creemos también, como creyeron los contemporáneos de Elena G. White, que sus escritos tienen autoridad divina, tanto en lo que se refiere a la vida cristiana como a la doctrina. Por lo tanto, recomendamos que,
  • 1. Busquemos como iglesia el poder del Espíritu Santo para aplicar más plenamente a nuestras vidas el consejo inspirado contenido en los escritos de Elena G. White, y,
  • 2. Que incrementemos los esfuerzos para publicar y hacer circular estos escritos alrededor del mundo.

Compromiso total con Dios (DSA 96-339)

Compromiso total con Dios (DSA 96-339)

La historia de la Iglesia Adventista del Séptimo Día está llena de ejemplos de personas e instituciones que han sido, y son, testigos vibrantes de su fe.
La historia de la Iglesia Adventista del Séptimo Día está llena de ejemplos de personas e instituciones que han sido, y son, testigos vibrantes de su fe. Debido a su apasionado compromiso con su Señor, y al profundo aprecio por su ilimitado amor, todos tienen el mismo blanco: compartir las Buenas Nuevas con los demás. El texto bíblico clave que los motivó, texto que inflama a los adventistas en todas partes, conocido como la Comisión Evangélica, el mandato del mismo Señor, está registrado en Mateo 28:19,20, y dice: "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo". Otras versiones, como la Nácar-Colunga, traducen: "Id, pues; enseñad a todas la gentes...".

Esta orden del mismo Señor es sencilla, hermosa y cautivante, y es para todos sus seguidores, sean miembros, pastores, o administradores: Id... enseñad... bautizad... haced discípulos. Este principio es la chispa de encendido de la misión de la Iglesia y establece la norma para toda evaluación, y toda medición, del éxito. Afecta a todos, cualesquiera sean sus responsabilidades, sean laicos u obreros, abarca todos los aspectos de la vida de la Iglesia, desde la Iglesia local hasta la Asociación General, y alcanza a las escuelas, colegios y universidades, casas editoras, instituciones de salud, y organizaciones de alimentos saludables. Este compromiso está implícito, incorporado, como encapsulado, en los votos bautismales, en las declaraciones de misión, en las metas y objetivos, y en los reglamentos y estatutos de la Iglesia: "Para dar testimonio de su amante salvación", "para ayudar en la proclamación del Evangelio Eterno", "para proveer el pan de vida a las multitudes", y para "fortalecerlos en su preparación para su pronto retorno". La cuádruple orden para ir... enseñar... bautizar... hacer discípulos resuena en todos los lugares donde los adventistas del séptimo día trabajan o se reúnen.

A medida que la Iglesia crece en tamaño y complejidad, más y más feligreses, pastores y administradores se han hecho serias preguntas acerca de cómo la Iglesia está cumpliendo la Comisión Evangélica. Las ruedas y los engranajes de la Iglesia, ¿producen apenas productos y servicios que, aunque están sobre el promedio, no pueden fácil y rápidamente distinguirse de sus contrapartidas seculares? ¿O está la Iglesia asegurándose de que sus productos y servicios básicos revelen al mundo el camino hacia la vida eterna? Nada debe ser excluido de estas preguntas, no importa si se trata de los servicios de adoración de la Iglesia local o de los programas y productos de los campos e instituciones de la Iglesia.

Ha llegado el tiempo para que la Iglesia como un todo se pregunte y responda las difíciles cuestiones sobre cómo está relacionándose con el principio guiador de la Comisión Evangélica. ¿Cómo puede ese principio guiador ser una realidad en las vidas de los feligreses, los pastores, y las congregaciones? ¿Cómo pueden ellos medir su progreso en el cumplimiento de este mandato? ¿Cómo pueden las universidades de la Iglesia, los colegios secundarios y superiores, las fábricas de alimentos, las clínicas, las instituciones médicas de alta complejidad, las casas editoras, y los centros de comunicaciones cumplir su responsabilidad tomando como base la Comisión Evangélica?

Este desafío requiere una aproximación franca y analítica para determinar dónde está la Iglesia en relación con el mandato del Señor. No es suficiente medir el éxito por las normas seculares, ni es suficiente darles prioridad a esos estándares. El compromiso total para con Dios incluye, esencialmente, la aceptación total de los principios del cristianismo tal como están bosquejados en la Biblia y en el Espíritu de Profecía. Las congregaciones, las instituciones, los obreros, y los feligreses pueden fácilmente encontrar satisfacción en alcanzar blancos, reunir recursos, completar edificios, equilibrar presupuestos, obtener o renovar acreditaciones, y, sin embargo, dejar de cumplir su responsabilidad ante Dios con respecto a la Comisión Evangélica. La primera y constante prioridad de la Iglesia debe ser esta orden del Señor: Id... enseñad... bautizad... haced discípulos.

Aunque la Comisión Evangélica no cambia, su cumplimiento se demuestra en diferentes formas, por ejemplo: Un pastor trabaja en un contexto diferente del de un profesor en el aula, o del de un médico, o un administrador de institución. Pero, se trate de un rol personal o institucional, cada uno es responsable ante el mandato de Dios. Entre los grandes beneficios que se derivan cuando se evalúa la efectividad del cumplimiento de esta misión, está la creciente confianza que se desarrolla cuando cada feligrés, cada pastor, cada administrador, y cada institución de la Iglesia toma en cuenta esta prioridad y le presta la debida atención.

La familia de Dios reconoce que cada persona es individualmente responsable ante Dios. Al mismo tiempo, los creyentes son amonestados a examinarse a sí mismos (véase 2 Cor. 13:5). Así como un proceso de evaluación espiritual tiene su lugar en la vida personal, así también y seguramente tiene su lugar en la vida organizacional.

Una evaluación espiritual, aunque es apropiada, es también un asunto muy delicado, porque los humanos vemos sólo en parte. El marco de referencia terrenal siempre está limitado a lo que es visible y al breve período que rodea al presente. A pesar de eso, podemos ganar mucho mediante una evaluación cuidadosa y meditada de nuestra vida personal y de la vida organizacional.

Es posible descubrir e identificar varios principios que pueden guiarnos en tal evaluación y, aunque cualquier intento será incompleto, las siguientes áreas de evaluación específica nos ayudarán a concientizarnos de la responsabilidad que tenemos para con Dios y para con la misión, que es, precisamente, una parte integral de la relación y el compromiso del cristiano con Él. La siguiente lista no agota todas las áreas que necesitan atención, pero los principios bosquejados aquí se aplican también a otras personas, organizaciones e instituciones.

QuÉ implica el "Compromiso total con Dios" para cada feligrÉs individualmente

A cada adventista del séptimo día, sea obrero o laico, se le promete el don del Espíritu Santo que le permitirá crecer espiritualmente en la gracia del Señor y le dará poder para desarrollar y usar los dones espirituales en el testimonio y el servicio. La presencia del Espíritu Santo en la vida del creyente, se demuestra al:
  • Mantener un hogar cristiano en el que las normas y los principios de Cristo se enseñan y se ejemplifican.
  • Vivir una vida que se goza en la certeza de la salvación, impulsada por el Espíritu Santo para dar un testimonio personal efectivo a los demás, y que desarrolla con Cristo un carácter amable, consecuente con la voluntad de Dios revelada en su Palabra. Usar los dones espirituales que Dios ha dado a cada uno.
  • Dedicar el tiempo, los dones espirituales, y los recursos, con oración y en forma sistemática, para proclamar el Evangelio y, ya sea individualmente o como parte de la familia de la Iglesia, llegar a ser la sal y luz del Señor al compartir su amor en la vida de familia y en el servicio a la comunidad, motivado siempre por el sentido del pronto regreso del Señor y por su mandato de predicar su Evangelio tanto en el hogar como fuera de él.
  • Participar en un plan sistemático de crecimiento espiritual y evaluación de la forma en que uno camina con Dios, formando parejas de socios espirituales mutuamente responsables, cuyo principal objetivo sea el de ayudarse unos a los otros con oraciones.
QuÉ implica el "Compromiso total con Dios" para un pastor de Iglesia

Un pastor adventista del séptimo día, llamado y capacitado por el Espíritu Santo, e impulsado por el amor a las almas, dirige los pecadores hacia Cristo como Creador y Redentor y les enseña cómo compartir su fe y llegar a ser discípulos eficaces. Comparte regularmente una dieta espiritual equilibrada y fresca, resultado de su comunión con Dios y con su Palabra. El pastor muestra la gracia salvadora y el poder transformador del evangelio, al:
  • Empeñarse en que su familia sea un modelo de lo que el Señor espera del matrimonio y la familia.
  • Predicar sermones basados en la Biblia, sermones Cristocéntricos, que alimenten a los miembros y apoyen a la Iglesia mundial, enseñándoles las creencias fundamentales con un sentido de urgencia basado en la comprensión adventista de las profecías tal como las enseña la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
  • Invitar a todos a someterse al poder transformador del Espíritu Santo a fin de que el evangelio pueda ser manifestado en la vida compasiva del creyente dirigido por la fe.
  • Conducir a la Iglesia local en una vigorosa actividad evangelizadora que dé como resultado, no sólo un incremento de la hermandad, sino también el establecimiento de nuevas congregaciones, manteniendo, sin embargo, un fuerte apoyo tanto a la obra local como a la obra mundial de la Iglesia.
  • Dar evidencias de un ministerio eficaz al aumentar numéricamente la feligresía y al crecer en experiencia espiritual y en la adoración, apresurando así el regreso del Señor.
  • Priorizar el crecimiento espiritual personal y la eficacia en la misión al participar regularmente en procesos de evaluación de los resultados espirituales. La División desarrollará un modelo de evaluación para ser aplicado en cada Unión/Asociación/Misión, que incluya un módulo de autoevaluación, como también aspectos que se refieran a la responsabilidad del pastor para con la(s) congregación(es) y hacia la Organización mundial de la Iglesia.
QuÉ implica el "Compromiso total con Dios" para una Iglesia local

Una congregación adventista del séptimo día actúa creativamente y con un sentido de autocrítica, como una comunidad que testifica y edifica, facilitando la proclamación del evangelio, tanto a nivel local, como nacional, y aun global. Una congregación tal, vive en el mundo como "el cuerpo de Cristo", mostrando la misma preocupación y acción positiva para con aquellos con quienes entra en contacto, como la que mostraba el Señor en su ministerio terrenal, al:
  • Demostrar una absoluta seguridad en la gracia salvadora de Cristo y un compromiso con las enseñanzas distintivas de su Palabra.
  • Comprender y aceptar su papel como parte de un movimiento final que tiene la responsabilidad de propagar el Evangelio a nivel local, nacional y global.
  • Desarrollar planes estratégicos para compartir las Buenas Nuevas en su comunidad, con el objeto de asegurarse que las personas comprendan cómo puede Jesús cambiar sus vidas y prepararlas para su pronta venida, y al ayudar a establecer nuevas congregaciones.
  • Edificar la vida de los feligreses y sus familias a fin de que crezcan espiritualmente y prosigan confiadamente en la misión y en las verdades expresadas por medio de la Iglesia remanente.
  • Reconocer el privilegio de ser una congregación adventista del séptimo día y su correspondiente responsabilidad para con la familia mundial de Iglesias adventistas del séptimo día, tal como está bosquejada en el Manual de la Iglesia al aceptar e implementar planes amplios que permitan la difusión del evangelio en contextos cada vez más abarcantes; y al participar en el sistema organizativo, financiero, y representativo de la Iglesia, destinado a facilitar la acción misionera mundial.
  • Participar en un plan de evaluación que lleve a la congregación a descubrir cuáles son sus puntos fuertes y sus puntos débiles, y cuáles son los avances hechos en su misión de enseñar, bautizar y hacer discípulos. El plan de evaluación será normalmente un programa de autoevaluación realizado anualmente por toda la congregación en pleno; aunque periódicamente, deberá incluir una evaluación de la participación en, y la responsabilidad para con, la Organización más amplia a la que pertenece. Cada División ayudará en el desarrollo del proceso de evaluación, en consulta con las uniones y las asociaciones/misiones locales, para ser usado dentro de su territorio.
QuÉ implica el "Compromiso total con Dios" para los colegios primarios y secundarios

Un colegio de nivel primario o secundario crea un clima que nutre a los alumnos mental, física, social y espiritualmente, e instila en ellos confianza en la pertinencia, el papel, el mensaje, y la misión de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Los colegios proveen excelencia en la educación adventista, al:
  • Desarrollar, para la institución, un plan maestro espiritual abarcante y un currículo para todas las materias que, además de la excelencia académica, apoyen la visión mundial de los Adventistas del Séptimo Día, e integren la fe con la enseñanza.
  • Emplear profesores adventistas del séptimo día, totalmente comprometidos y profesionalmente competentes, que integren la fe con el conocimiento al nutrir a sus alumnos para que sean buenos ciudadanos y miembros de Iglesia.
  • Trabajar con los padres y las congregaciones locales para asegurar que cada alumno conozca las demandas de Cristo y tenga la oportunidad de decidirse en favor de él y ser bautizado.
  • Transmitir a los alumnos una comprensión de la razón bíblica de la existencia del pueblo de Dios en los últimos días, y de cómo pueden participar en el cumplimiento de la misión de la Iglesia.
  • Involucrar al personal y a los alumnos en actividades de extensión del evangelio en formas que sean apropiadas a la edad de ellos, planificando oportunidades para la testificación en la comunidad. Participar sistemáticamente en un proceso de evaluación espiritual desarrollado por la División, y puesto en práctica por las uniones/asociaciones/misiones, que proporcionen informes anuales para presentar a la junta directiva de la institución y a los delegados al congreso del campo local.
QuÉ implica el "Compromiso total con Dios" para las instituciones superiores y las universidades

Una institución superior o universidad adventista del séptimo día ofrece a los jóvenes adventistas y a otros jóvenes de las localidades circundantes que deseen tener la oportunidad de estudiar en un ambiente adventista, una educación de nivel terciario y/o de posgrado, académicamente sólida, demostrada al:
  • Desarrollar un plan maestro espiritual amplio, propuesto por el personal de la institución y aprobado por su junta directiva, que identifique las verdades y valores espirituales, tanto de conocimiento como de relación, que la institución se ha comprometido a compartir con sus alumnos; e indique en qué oportunidades de un período determinado, y mediante qué medios serán transmitidos esos valores.
  • Mantener un ambiente, tanto en el aula como en todo el campus, que asegure oportunidades tanto para la instrucción académica como para encuentros evangélicos, con el objeto de producir graduados que sean reconocidos por la Iglesia y por la sociedad por la excelencia académica y espiritual de sus vidas; hombres y mujeres que sean bien equilibrados mental, espiritual y socialmente; hombres y mujeres que amen a su Señor, que mantengan en alto las normas divinas en su vida diaria, que ayuden a formar congregaciones locales sólidas y prósperas, y que actúen como la sal y la luz de sus comunidades, sean laicos u obreros.
  • Afirmar inequívocamente en el aula, y en la vida diaria del campus las creencias, las prácticas y la visión mundial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, compartiendo el gozo del evangelio, demostrando confianza en el papel divinamente establecido para el movimiento adventista y en su continua significación dentro del plan de Dios para estos últimos días, facilitando las actividades para que los profesores, el personal y los alumnos puedan testificar y realizar servicio cristiano; y estimular a profesores y empleados a vivir un estilo de vida consecuente que se manifieste por medio de relaciones positivas y formativas con los estudiantes;
  • Emplear profesores adventistas del séptimo día totalmente comprometidos y profesionalmente competentes, que sean activos en su Iglesia local y que integren la fe y el conocimiento en el contexto de la formación de sus alumnos para que lleguen a ser miembros productivos tanto de la sociedad como de la Iglesia del Señor, y que interactúen con los padres de los alumnos y otras personas interesadas en la educación, a fin de comprender y poner en práctica las elevadas expectativas académicas y espirituales que tiene este programa educativo al servicio de la juventud.
  • Evaluar el cumplimiento de los objetivos bosquejados en el plan maestro espiritual mediante un programa de evaluación amplio, preparado por el mismo personal docente, y aprobado por la junta directiva respectiva, diseñado en forma suficientemente específica para que permita evaluar cada aspecto de la vida en el campus; que sirva para guiar a la administración de la institución educacional superior o universidad a tomar las medidas afirmativas o correctivas que sean necesarias, que sirvan de base para los informes anuales acerca de la salud espiritual de la institución presentados a la junta directiva y a los delegados al congreso del campo local.
  • Someter el plan maestro propuesto para el área espiritual, y su programa de evaluación, a un panel internacional de educadores altamente calificados, nombrado por la Asociación General, el que a su vez, entregará a la junta directiva de la institución educacional superior o universidad la evaluación escrita del plan maestro en el área espiritual y de su programa de evaluación.
QuÉ implica el "Compromiso total con Dios" para los hospitales y otras instituciones mÉdicas

Un hospital o institución médica Adventista del séptimo día ofrece, en la comunidad donde sirve, atención de la salud de la más alta calidad, dirigida a la persona total, desarrollando un plan amplio de evaluación espiritual que incluya:
  • Crear una atmósfera positiva, bien planificada, que se concentre en la presencia sanadora del Señor.
  • Desarrollar un equipo de médicos y enfermeros profesionalmente competentes, orientados hacia la misión, y que sean compasivos; que ministren con sensibilidad a los pacientes desde el contexto de su fe cristiana como también de las creencias distintivas de los adventistas del séptimo día.
  • Asegurarse de que todos los que estén dentro de la esfera de influencia de la institución perciban que las instalaciones para el cuidado de la salud son parte de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, para lo cual la institución deberá desarrollar programas de orientación para el personal, y de testificación a la comunidad, que representen positivamente tanto al hospital como a la Iglesia, ante las personas a quienes sirve la institución.
  • Estimular con sensibilidad las inquietudes espirituales de los pacientes y responder a ellas en forma sistemática.
  • Aplicar los recursos financieros y humanos que sean posibles para participar en la misión local, nacional y global de la Iglesia en las áreas del cuidado de la salud y educación para la salud.
  • Demostrar responsabilidad en el cumplimiento de la misión mediante la participación, por lo menos una vez cada tres años, de un proceso amplio de evaluación, desarrollado, planificado y supervisado por la junta directiva de la División, para evaluar el progreso en la obtención de resultados misionales específicos y mensurables.
QuÉ implica el "Compromiso total con Dios" para las instituciones de comunicación masiva: Casas Editoras, centros de comunicaciones, Servicios Educacionales Hogar y Salud, y estaciones de radio

Las instituciones de comunicación masiva Adventistas del séptimo día proporcionan productos de calidad que refuerzan la misión de la Iglesia y el compromiso de sus miembros con dicha misión, al:
  • Estimular iniciativas y al distribuir sólo aquellos productos que contribuyan a la proclamación del evangelio y a la formación de los feligreses, dentro del contexto del mensaje del tiempo del fin.
  • Planificar y apoyar actividades evangelizadoras, que puedan llevar a contactos personales involucrando a las congregaciones locales, donde sea posible. Usar la tecnología y los medios de comunicación dentro de las posibilidades de los recursos financieros disponibles, de modo tal que dichos recursos sean maximizados para el cumplimiento de la misión de la Iglesia.
  • Coordinar iniciativas con otras entidades de la Iglesia para asegurar una adecuada interacción entre ellas, con el objeto de apoyar los programas y proyectos relacionados.
  • Asignar personal, en la medida de las posibilidades, para ayudar a los pastores y a las congregaciones en los programas de seguimiento de las personas alcanzadas, y para operar un sistema de retroalimentación para desarrollar o modificar productos.
  • Establecer, bajo la dirección de las juntas administradoras correspondientes, revisiones periódicas de los materiales y programas, tanto para los feligreses como para el público en general, a fin de proporcionar a las administraciones un análisis de la eficacia en el logro de las metas misioneras; asegurar la armonía de dichos materiales con las creencias y prácticas de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, y preparar informes para presentar a cada reunión regular de los cuerpos legales correspondientes y a las juntas directivas.
QuÉ implica el "Compromiso total con Dios" para las industrias de alimentos saludables

Una fábrica de alimentos adventista del séptimo día desarrolla productos que contribuyen positivamente a la salud, y que, además, proporcionan recursos que ayudan a proclamar el mensaje del evangelio en estos últimos días, al:
  • Fabricar y vender únicamente aquellos productos que sean consistentes con los principios divinos de la dieta y la salud.
  • Adiestrar personal para informar al público acerca de las prácticas de vida saludable, y ayudar a la Iglesia a desarrollar una mejor salud entre los feligreses.
  • Proveer alimentos vegetarianos de bajo costo para los países en desarrollo.
  • Implementar programas mediante los cuales, quienes hayan recibido la influencia del mensaje de salud, puedan recibir información adicional acerca de la Iglesia.
  • Incluir en el presupuesto financiero ayuda para la misión de la Iglesia sobre la base que la División haya establecido.
  • Evaluar periódicamente los logros obtenidos en términos de eficiencia, retorno de las inversiones, y contribución a la misión de la Iglesia, con base en un sistema administrado por la junta directiva y la industria y aprobado por la junta directiva de la División, en consulta con la Asociación Internacional de Alimentos Saludables.
QuÉ implica el "Compromiso total con Dios" para una uniÓn o un campo local

Una unión o campo local de la Iglesia Adventista del Séptimo Día con un liderazgo que tenga una relación personal con Jesús y esté sometida a la conducción del Espíritu Santo, motiva a los feligreses, pastores, profesores, y todos los demás obreros denominacionales a presentar a sus vecinos y a sus comunidades la verdad salvadora para estos días finales, supervisando y estableciendo prioridades en sus planes, iniciativas y finanzas, para dar el primer lugar a un testimonio continuo en favor de la ganancia de almas y su edificación espiritual, al:
  • Identificar y promover los objetivos espirituales, tanto de evangelización como de crecimiento, de la unión, la asociación o la misión y, mediante un proceso de planificación estratégica y financiera, involucrar la participación colectiva de sus miembros y organizaciones.
  • Demostrar, mediante el ejemplo personal de los líderes, que la Iglesia continúa sin vacilaciones llevando adelante su papel divinamente asignado como testigo a este mundo necesitado y moribundo.
  • Alimentar espiritualmente y apoyar a los pastores, a los miembros y a las congregaciones, a fin de que puedan crecer como discípulos y experimentar con diversas formas de cumplir con la Comisión Evangélica.
  • Ejercer el liderazgo administrativo de las instituciones y entidades bajo su dirección, a fin de asegurar que la misión de la Iglesia se mantenga claramente en foco, y de desarrollar y poner en práctica iniciativas para establecer nuevas congregaciones en comunidades y regiones donde sean necesarias.
  • Asegurar que las provisiones presupuestarias para las actividades evangelizadoras locales, nacionales y globales, sean cuidadosamente balanceadas en relación a los recursos destinados para el alimento espiritual de los creyentes, y que se le dé a ambos la más alta prioridad.
  • Cooperar con la División en el desarrollo y puesta en práctica de procesos de evaluación, revisados por una comisión designada por la Asociación General, mediante la cual, los miembros, los pastores, las congregaciones, las instituciones, las asociaciones y misiones y las uniones puedan graficar su compromiso y eficacia al llevar adelante la Comisión Evangélica, informando los resultados a las respectivas juntas y congresos.
QuÉ implica el "Compromiso total con Dios" para la AsociaciÓn General y las Divisiones

La Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día y sus divisiones mundiales, con un cuerpo de líderes que tienen una relación personal con Jesús y que se someten a la dirección del Espíritu Santo, proporciona la dirección general y global para la vida espiritual y la misión de la Iglesia, desarrolla planes y reglamentos estratégicos, genera iniciativas y programas, y asigna recursos financieros y humanos, en formas que demuestran la urgencia en completar la misión de la Iglesia y la subordinación al mandato de Ir... enseñar... bautizar... hacer discípulos, al:
  • Dar prioridad, en los concilios anuales y de primavera de la Asociación General y en las juntas directivas de la División, al desarrollo de la vida espiritual de una Iglesia en crecimiento con la clara misión de predicar el Evangelio Eterno, en el tiempo del fin, y llevar el mensaje de los tres ángeles a todo el mundo.
  • Nombrar pequeñas comisiones con representación internacional, según se vea necesario, para evaluar y hacer recomendaciones a las juntas apropiadas con respecto a la evaluación de los programas que se están desarrollando.
  • Asegurar que las administraciones y juntas directivas de las instituciones bajo su dirección, establezcan procesos de rendición de cuentas en el área espiritual que den evidencia de su dedicación a la misión en estos días finales de la Iglesia, y demuestren su efectividad en lograrla.
  • Exigir que las iniciativas y actividades de alcance limitado, aunque tengan algún mérito en sí mismas, estén realmente subordinadas a las metas más amplias y coordinadas de la misión de la Iglesia, disponiendo el desembolso de los presupuestos con el propósito de promover la promulgación del evangelio a todo el mundo.
  • Asegurar que la misión de la Iglesia sea claramente comprendida y puesta en práctica mediante procesos de evaluación para ver el progreso en el cumplimiento de los objetivos misionales, que involucran tanto el desarrollo de los feligreses como las actividades evangelizadoras.
  • Desarrollar un plan maestro espiritual y un programa de evaluación, monitorados por una comisión nombrada, en cada nivel, por la junta directiva de la Asociación General/División con el fin de evaluar la eficacia de la Asociación General/División en relación a la misión de la Iglesia, y asistiendo a todas las organizaciones de la Iglesia e instituciones en la evaluación de su plan maestro espiritual y en sus programas de evaluación.
Realmente, el mandato espiritual es sencillo: Id... enseñad... bautizad... haced discípulos. Los feligreses responsables en la Iglesia Adventista del Séptimo Día y todos los obreros de la Iglesia deben recordar que cada uno tendrá que rendir cuentas ante Dios en relación con este mandato. Algún día, en el gran tribunal, el Señor preguntará: "¿Qué has hecho, apoyado en mi gracia, con tus dones, tus talentos, y con las oportunidades que te di?".

Como lo hizo hace dos mil años, el Señor manda a su Iglesia hoy: "Por tanto id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo". Id... enseñad... bautizad... haced discípulos. El compromiso total con Dios exige el cumplimiento de esta comisión, que sigue siendo la base de la única y verdadera medida del éxito.

El Adventismo y el año 2000 (DSA 99-170)

El Adventismo y el año 2000 (DSA 99-170)
 
Los Adventistas del Séptimo Día basamos nuestra esperanza en la vida, muerte y resurrección de Cristo y esperamos gozosamente la consumación de esa esperanza en el pronto retorno de Jesús.
Los Adventistas del Séptimo Día basamos nuestra esperanza en la vida, muerte y resurrección de Cristo y esperamos gozosamente la consumación de esa esperanza en el pronto retorno de Jesús. Fundamentamos nuestra fe en las enseñanzas de las Escrituras y creemos que el paso del tiempo es significativo, porque nos acerca al acontecimiento más maravilloso que jamás será presenciado por ojos humanos. Sin embargo, aunque esperamos ansiosamente el retorno visible de Cristo, no especulamos sobre el momento histórico preciso cuando ese acontecimiento sucederá, ya que Jesús nos dijo, "No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad". (Hechos 1:7)

Por consiguiente, como adventistas no atribuimos ningún significado religioso a la terminación de un milenio ni al comienzo de uno nuevo. El año 2000 no tiene significado profético particular; no se lo menciona en la Biblia, y cualquier especulación con relación a su significado religioso debe ser rechazada. Sin embargo, sabemos que cada año que pasa nos lleva más cerca del retorno de nuestro Señor.

Comprendemos que el paso de un milenio a otro tiene un impacto emocional significativo en los seres humanos. Nadie de los que estamos vivos ha experimentado un evento tal. Muchos están llenos de preocupación, expectación e incluso temor, a medida que nos aproximamos al año 2000.

Aunque muchas personas están aprehensivas ante el desorden en la naturaleza y en la sociedad, nuestro Señor dice, "No se turbe vuestro corazón..." (Juan 14:1). Por lo tanto, como Adventistas del Séptimo Día, compartimos la esperanza de un futuro glorioso que llegará a ser realidad en el momento designado por Dios.

Control de la Natalidad (DSA 99-171)

Control de la Natalidad (DSA 99-171)
 
Las tecnologías científicas de nuestros días permiten un control de la fertilidad y la reproducción humana, mayor que en el pasado.
Las tecnologías científicas de nuestros días permiten un control de la fertilidad y la reproducción humana, mayor que en el pasado. Esas tecnologías hacen posible que las expectativas de embarazo y nacimiento resultantes de la relación sexual sean grandemente reducidas. Los matrimonios cristianos tienen la posibilidad de controlar la fertilidad, lo que ha creado muchas discusiones con una amplia gama de implicaciones religiosas, médicas, sociales y políticas. Las oportunidades y beneficios existen debido a las nuevas técnicas, pero también hay desafíos y desventajas. En ese sentido, deben considerarse varias cuestiones morales. Los cristianos, que son los que finalmente deben hacer sus propias elecciones sobre estos asuntos, deben ser informados para que puedan tomar decisiones sólidas basadas en principios bíblicos.

Entre los asuntos que deben ser considerados está la cuestión de si la intervención humana en el proceso biológico natural, es apropiada o no. Si se considera que una intervención tal es apropiada, entonces se levantan otras cuestiones adicionales en relación con el qué, cuándo y cómo debe ser hecha esa intervención. Hay, además, otros asuntos relacionados, tales como:
  • La posibilidad del aumento de la inmoralidad sexual, en virtud de la disponibilidad y del uso que los métodos de control de natalidad pueden promover.
  • El asunto del dominio de uno de los sexos en relación con los privilegios y prerrogativas sexuales, tanto de las mujeres como de los hombres.
  • Diversos asuntos sociales, incluyendo la discusión sobre si una sociedad tiene derecho a limitar la libertad individual en beneficio e interés de la sociedad en general; y la discusión sobre la carga y el apoyo económico y educacional para los que están en desventajas.
  • Asuntos relacionados con el aumento de la población mundial y con el uso de los recursos naturales.
Entendemos que una declaración sobre las consideraciones morales en relación con el control de la natalidad debe ser vista dentro del contexto más amplio de las enseñanzas bíblicas acerca de la sexualidad, el matrimonio, la paternidad, y el valor de los hijos; y que debe haber una comprensión de la interrelación entre esos asuntos. Conscientes de que dentro de la iglesia hay una diversidad de opiniones al respecto, se mencionan los siguientes principios bíblicos con el objeto de educar y ayudar en la toma de decisiones.
1. Mayordomía responsable. Dios creó a los seres humanos a su propia imagen, hombre y mujer, con la capacidad de pensar y tomar decisiones (Isaías 1:18; Josué 24:15; Deuteronomio 30:15-20). Dios le dio a los seres humanos el dominio sobre la tierra (Génesis 1: 26, 28). Ese dominio requiere e incluye la supervisión y cuidado de la naturaleza. La mayordomía cristiana requiere también que se asuma la responsabilidad por la procreación humana. La sexualidad, como uno de los aspectos de la naturaleza humana sobre la cual el individuo ejerce mayordomía, debe ser expresada en armonía con la voluntad de Dios (Éxodo 20:14; Génesis 39:9; Levítico 20:10-21; 1Corintios 6:19,20).
2. Propósito de la procreación. La perpetuación de la familia humana es uno de los propósitos de Dios para la sexualidad humana (Génesis 1:28). Aunque, de manera general, se puede inferir que los matrimonios están destinados a producir descendientes, la Escritura nunca presenta la procreación como una obligación de la pareja a fin de agradar a Dios. Sin embargo, la revelación divina le confiere un alto valor al hecho de tener hijos y expresa la alegría encontrada en la paternidad (Mateo 19:14; Salmos 127:3). Tener y educar hijos ayuda a los padres a entender a Dios y a desarrollar compasión, solicitud, humildad y abnegación (Salmos 103:3; Lucas 11:13).
3. Propósito unificador. La sexualidad tiene un propósito unificador dentro del matrimonio, propósito que es ordenado por Dios y se distingue del propósito procreativo (Génesis 2:24). El propósito de la sexualidad en el matrimonio incluye alegría, placer, y deleite (Eclesiastés 9:9; Proverbios 5:18, 19; Cantares 4:16-5:1). El propósito de Dios es que los casados puedan tener comunión sexual, independiente de la procreación (1Corintios 7:3-5), una comunión que establezca lazos fuertes y que proteja a los cónyuges de una relación impropia con otra persona (Proverbios 5:15-20; Cantares 8:8,7). En el designio de Dios, la intimidad sexual no tiene como único propósito la concepción. La Escritura no prohíbe que las parejas casadas disfruten de las delicias de las relaciones conyugales, aunque tomen medidas para prevenir el embarazo.
4. Libertad de elección. En la creación, y de nuevo a través de la redención provista por Cristo, Dios les dio a los seres humanos libertad de elección, y les pide que usen su libertad responsablemente (Gálatas 5:1, 13). En el plan divino, el marido y la mujer constituyen una unidad familiar única, y tienen ambos la libertad y la responsabilidad de participar en la toma de decisiones acerca de su familia (Génesis 2:24). Los cónyuges deben ser considerados el uno con el otro al tomar decisiones acerca del control de la natalidad, estando dispuestos a considerar las necesidades del otro así como las suyas propias (Filipenses 2:4). Para aquellos matrimonios que deciden tener hijos, la elección procreativa tiene límites, ya que hay varios factores que deben orientar su elección, tales como la capacidad para proveer a las necesidades de los hijos (1Timoteo 5:8); la salud física, emocional, y espiritual de la madre (3Juan 2; 1Corintios 6:19; Filipenses 2:4; Efesios 5:25); las circunstancias sociales y políticas en las cuales los hijos nacerán (Mateo 24:19); la calidad de vida y otros recursos globales disponibles. Somos mayordomos de la creación de Dios y, por lo tanto, debemos mirar más allá de nuestra propia felicidad y deseos y considerar las necesidades de los demás (Filipenses 2:4).
5. Métodos apropiados para el control de la natalidad. La decisión moral acerca de la elección y uso de los diferentes métodos para el control de la natalidad debe surgir de la comprensión de sus probables efectos sobre la salud física y emocional, de la forma sobre la cual dichos métodos o agentes actúan, y de los gastos financieros involucrados. Hay varios métodos de control de la natalidad, incluyendo los métodos de barrera, los espermicidas, y la esterilización, que impiden la concepción y son moralmente aceptables. Algunos métodos contraceptivos pueden impedir la liberación del óvulo (ovulación), impidiendo la unión del óvulo y el espermatozoide (fertilización), o pueden impedir la fijación del óvulo ya fertilizado (implantación), pero, debido a la incertidumbre acerca de como funcionarán en un caso dado, pueden ser considerados moralmente sospechoso por quienes creen que la protección de la vida humana comienza en la fertilización. Sin embargo, considerando que la mayoría de los óvulos fertilizados no llegan a implantarse o se pierden después de la implantación, aunque no se hayan usado métodos de control de la natalidad, los métodos hormonales de control y los DIU, que representan un proceso similar, pueden ser vistos como moralmente aceptables. El aborto, es decir, la intencional terminación de un embarazo establecido, no es moralmente aceptable para propósitos del control de la natalidad.
6. Mal uso del control de la natalidad. Aunque la creciente capacidad técnica para manejar los asuntos que tienen que ver con la fertilidad y para protegerse contra las enfermedades sexualmente transmisibles pueden ser útiles a muchas parejas casadas, el control de la natalidad puede ser mal usado. Por ejemplo, aquellos que se envuelven en relaciones sexuales premaritales o extramaritales pueden consentir más rápidamente en tales conductas a causa de la disponibilidad de los métodos de control de la natalidad. Es verdad que el uso de esos métodos para proteger las relaciones sexuales fuera del matrimonio, puede reducir los riesgos de contraer enfermedades sexualmente transmisibles y/o la gravidez. Sin embargo, el sexo fuera del matrimonio es perjudicial e inmoral, independientemente de si esos riesgos han sido o no han sido disminuídos.
7. Un enfoque redentor. La disponibilidad que existe actualmente de los métodos de control de la natalidad hace que la educación sobre la sexualidad y la moralidad sea aun más imperativa. Debe emplearse más esfuerzos en la educación y en los enfoques redentores para que cada individuo sea persuadido por la apelación profunda del Espíritu Santo, que en la condenación.